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domingo, 8 de febrero de 2009

A un examen del alcohol

He decidido retomar esta página que bien se podría llamar blog, y que últimamente estaba muy abandonada... La razón es el aburrimiento, muchas veces he comenzado a escribir aquí y me he cansado, jaja. Pero bueno, voy a escribir algo para poder decirle por lo menos a Laura "estrecha" que ya "he escrito algo desde el verano".

El motivo de esta entrada no es otro que mi alegría-tristeza que producen los exámenes. Alegría porque ya solo me queda uno, el de literatura medieval (sí, el cid, el buen amor, jarchas, villancicos y demás) Y aparte ya tengo tres de los cuatro exámenes que he hecho aprobados, espero que el cuarto también.
Y tristeza porque no dejan de ser exámenes... Lo que conlleva a tomar café, té, redbull, cocacola y demás; a dormir dos horas al día y a no tener otra misión más que la de estudiar estudiar y estudiar. No hacemos otra cosa prácticamente.
Tengo ganas de acabar el viernes, emborracharme y volverme loco (más loco, sí).
Me jode por los proyectos de médicos, porque acaban más tarde, pero bueno, también celebraremos que ellos acaben a finales de febrero. Por celebrar, que no quede. ¿O no?
Los proyectos de filólogos, historiadores, historiadores del arte, abogados, y demás, acabamos esta semana, ya sea el lunes, el martes, miércoles, jueves, o viernes. Espero que el jueves no haya celebraciones con un nivel alto de contaminación acústica, porque yo estaré estudiando y me cagaré en todos... Jajaja.
Ale, pues espero que vayan todos los exámenes bien a todo el mundo que lea esto, que os podéis contar con los dedos de las manos: uno.
¡Un abrazo!.