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viernes, 26 de junio de 2009

¡¡feliz verano!!

Dicen que cuando algo acaba empieza algo mejor.
Dicen que cuando un amigo se va algo se muere en el alma.
Dicen que cuando te vas de casa se te extraña.
Dicen que cuando te vas de un sitio, se queda vacío hasta que vuelves.

Dicen tantas cosas...

Por supuesto, acaba el curso y los exámenes, y empieza un gran verano que promete bastante nada más empezar.
Está claro, cuando no vas a ver a tus amigos durante un tiempo los vas a extrañar y algo se morirá en tu corazón.
Sí, supongo que cuando no estás en casa, te extrañarán.
Pero no, cuando te vas de un sitio, el mundo no se para. Va a seguir ahí, rodando y dando vueltas como lo ha hecho hasta ahora. Pero dentro de un par de meses, retomaré el giro y volveré a su compás...

Mientras tanto... ¡FELIZ VERANO A TODOS (POCOS) QUE LEÁIS ESTO!

PD: Sí, solo era una escusa para decir que acabo los exámenes mañana por que el del lunes... como si no contara... ¡Saludos!

jueves, 4 de junio de 2009

significas para mí...


Zaragoza es una ciudad especial que ha conquistado un hueco en mi corazón. Podría haber elegido cualquier otra ciudad para estudiar lo que realmente quiero y vivir esta experiencia que es la universidad. Pero mi tierra ganó, y no estoy nada arrepentido. He conocido mucha gente, de la cual, mucha vale la pena, pero unos pocos... Son lo mejor. Nuevas experiencias, nueva vida, estudiar filología, descubrir nuevos lugares, nuevos ritmos de vida, independizarme, descubrir las posibilidades que te ofrece la vida...
Cada vez estoy más cerca de mi futuro, y eso, en parte me asusta, pero por otro lado me emociona. Si estoy aquí es porque estoy cumpliendo mi sueño, o el destino, según lo mires. Puede ser que un día me pregunte qué hago aquí, lo deje todo y empiece en un nuevo lugar, pero eso es poco probable. Estoy feliz, como se suele decir, de estar aquí... Y con vosotros.
La verdad es que me alegro mucho por haberos conocido a todos y cada uno de vosotros, a mis compañeros de clase, con los que compartiré cientos de horas de mi tiempo, mis compañeros del Cerbuna, que sabéis que sois muy importantes para mí, entre risas y cafés os he descubierto, y merecéis la pena, de verdad.
El empezar este curso que estamos terminando, suponía perder bastante el contacto con mis amigos de Binéfar, por suerte, y aunque no nos veamos tanto, creo que nunca podremos borrar tantos años de amistad, y espero que siga. Cada uno tenemos nuestro camino. Pero siempre encontraremos tiempo para hacer una parada y disfrutar juntos.
Soy de los que opinan que cada persona que conocemos deja una huella diferente en nuestra vida. A todos, gracias por dejar la vuestra. Sin vosotros no sería lo que soy.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Las Voces del Patio Interior

Corría el mes de noviembre cuando me encontraba estudiando en mi habitación. Con mi escritorio debajo de la ventana, observaba cómo atardecía, el sol se estaba ocultando. Yo, con el flexo encendido, repasaba el temario preocupado, tenía un examen la semana siguiente y apenas había leído los apuntes. Llegó la hora de cenar. Llamé a Sandra, Leonor y a Carlos y quedamos en el hall. Entramos en el comedor y nos alegramos porque aquella noche había hamburguesa para cenar.
Después de jugar un guiñote en los sofás, se fueron a la habitación de Sandra a pasar el rato, yo decidí continuar estudiando, me dirigí a mi habitación y entré, me había dejado la puerta abierta, me extrañé porque siempre la solía cerrar. Sin darme cuenta, cerré de un portazo, me asusté. Había sido el viento, aquel día de noviembre, casi acabando el mes, hacía mucho viento, más que de costumbre en Zaragoza.
Mi ventana estaba abierta y no entendía porqué, la había dejado cerrada. Quise cerrar con llave por dentro, pero me las había olvidado fuera. Traté de abrir la puerta, no podía, alguien me habría cerrado por fuera, una broma pesada. Recogí mis apuntes del suelo, habían volado, los ordené y los coloqué encima de la mesa. De repente abren la puerta, era Pedro.
Pedro es un chico algo raro que está en mi pasillo, siempre grita y está alegre, pero su voz se te clava en el oído aún con la puerta cerrada. Abrió y me dijo que me había dejado las llaves por fuera, le dije que alguien me habría encerrado porque intenté abrir y no podía. Contestó que la puerta no estaba cerrada con llave.
Tras esta conversación me despedí y comencé a estudiar. No me podía concentrar, bajé a por un café y volví. Los apuntes volvían a estar por el suelo, pero la ventana y la puerta estaban cerradas. No hice caso y volví a empezar el temario. Veía enfrente de mí los árboles yendo de lado a lado en el patio interior. Las hojas se habían caído y eso le daba un matiz siniestro al patio. La ventana crujía por el viento, era de noche y hacía mucho frío. Alargué mi mano hasta el radiador, pero estaba congelado. Me abrigué con una manta, seguí estudiando.
A medianoche oí voces y lamentos que venían del patio a través de la ventana. Debía de ser algún gato. Continuaron como unos diez minutos y decidí asomarme, no veía ningún gato y los lamentos parecían provenir del salón de actos o de la capilla, que quedaba justo enfrente de mi ventana. Cerré la ventana y salí al pasillo. Me dirigí hasta el gallinero para comprobar que no hubiera gente ensayando teatro, cantando, o algo parecido. Cuando subí por las escaleras interiores y llegaba a la tercera planta, un gran relámpago iluminó todo el colegio. Le siguió un enorme trueno. La tormenta estaba servida. Abrí la puerta del gallinero y no había nadie, estaba todo a oscuras y no se oía nada. Volví a mi habitación y decidí acostarme.
A la mañana siguiente lo comenté con mis compañeros:
-No Juan, yo no escuché nada- dijo Sandra.
-Nosotros tampoco- añadieron Leo y Carlos.
Desayunamos y me fui a clase, era un día de perros. Llovía intensamente y el sol parecía ausente. Volví a la hora de comer, mis amigos tenían todavía clase y decidí esperarlos escuchando música en mi habitación. Conecté el portátil y puse algo para alegrarme.
Echado en mi cama, mirando al cielo, escuché de repente un aullido desgarrador que me sobrecogió. Me asomé al patio pero no había nadie, como siempre estaba vacío.
Bajé a los sofás a leer el periódico. Pregunté pero nadie había escuchado el lamento.
Llegué a pensar que había sido mi imaginación, pero entonces un novato que no se relacionaba con nadie me dijo que él también lo había escuchado. Creo que se llamaba Rodrigo, pero nunca participaba en fiestas, siempre comía y cenaba solo, en la mesa más lejana del resto que podía encontrar. No saludaba por los pasillos, no sé ni siquiera en qué planta vivía ni qué estudiaba. Nadie lo conocía, ni había hablado con él; sin embargo, se me había acercado para decirme que él también lo había escuchado.
Su aspecto tampoco ayudaba a su integración. Vestía con ropas oscuras y viejas. Nunca se peinaba su media melena, sus ojos de color negro carbón contrastaban con su blanca tez. Cada ojo miraba hacia un punto distinto, pues era bizco.
Pasaron los exámenes de febrero y llegó la primavera. El patio interior se llenó de vida, crecieron las hojas de los árboles y los naranjos daban su fruto. No había vuelto a ver al novato extraño, a Rodrigo. La gente decía que se habría ido del colegio, nadie sabía nada de él.
Pero un día llamaron a la puerta de mi habitación, era él. Me sorprendí al verlo y volví a la realidad cuando me preguntó si podía pasar. Me dijo que estaba estudiando mi misma carrera y que si le podía dejar apuntes. Al cabo de unos días me los devolvió, pero había escrito en ellos mensajes en rojo, parecía que estuvieran escritos con sangre, pero descarté esa absurda opción. Los mensajes decían lugares y horas, no lo comprendía, uno decía que a las doce de la noche y al lado ponía el banco del patio interior. Yo no sabía qué significaba eso, pero no se lo pude preguntar a Rodrigo porque no sabía ni su número de habitación. Decidí asomarme a las doce a la ventana y mirar el banco. No veía nada, pero al filo de las doce, el banco se iluminó extrañamente y me asusté.
Otros comentarios en mis apuntes señalaban las seis de la mañana y como lugar la capilla. Estaba dispuesto a llegar hasta el final y descubrir si esto era una broma o algo parecido. Fui a la capilla a esa hora, pero estaba cerrada y no había conserjes. Apareció Rodrigo con las llaves de la capilla y abrió. Le pregunté de qué iba este asunto, pero parecía poseído y no me respondió. Únicamente se dirigió al altar y se puso a rezar. Escuché que susurraba algo parecido a que Dios guardara las almas del patio.
Decidí irme, pero la puerta estaba cerrada. ¿Cuándo había cerrado la puerta? Yo había entrado el último. Le pregunté que de qué trataba esto de nuevo. Dirigió su mirada a mis ojos, los tenía rojos y estaba pálido. Me dijo que ahora ya era tarde para abandonarlo, debía ayudarlo a proteger las almas del patio. Yo no entendía nada pero decidí escucharlo. Me contó que cada año, un alumno era sacrificado en el patio interior, siempre era el primero que llegaba al colegio en septiembre, y de esto se encargaban unos exalumnos que ya habían pasado a mejor vida. Era por esto que escuché lamentos en el patio, ahora empezaba a comprender.
Rodrigo me dijo que este año fue él el primero en entrar al colegio, y que se estaba preparando para formar parte de las llamadas Voces del Patio Interior. Pero no sé porqué, yo también estaba metido en el mismo saco. Oía las voces del patio, sentía su energía en mi habitación, estaban a mi alrededor. Me explicó que nadie en las Voces del Patio Interior sabía porqué yo podía escucharlos.
El miedo me inundó y salí corriendo de la capilla, la puerta se había abierto sola, y me fui a mi habitación.
No quise saber más de esas locuras que llevaba en mente Rodrigo.
Al final del curso, con los exámenes realizados, Rodrigo vino a despedirse de mí a mi cuarto. Me dijo que ya no nos veríamos más porque él abandonaba nuestro mundo. Pasaría a formar parte de las Voces del Patio Interior. Le dije que estaba loco y que no se volviera a acercar a mí nunca más. Sin embargo, al curso siguiente, en mi misma habitación, apareció muerto un novato. Se llamaba Jesús. En su mesilla encontraron una nota que decía: “Siento miedo de unas voces que oigo allá afuera. Todas las noches oigo lamentos, temo que algún día me pase algo porque en la pared aparecen mensajes que dicen que soy el elegido para formar parte de las Voces del Patio Interior.”

Probablemente esto no sea poesía, son solo tontos versos que escribí...

#1#
¿Y ahora qué? Todos piensan que estoy bien.
Y en verdad te echo de menos sin parar.
¿Y ahora qué? Dime, cómo se logra olvidar
algo que no tuvo lugar.


#2#
Si cuando más cerca de ti estoy te vas,
Si cuando más lejos de ti estoy vienes,
Dime que me quieres.

Si no encuentras el camino hacia mí,
Si es que no lo quieres encontrar,
Dime lo contrario.

Pero tú que me amaste cuando yo te amé,
¿Olvidaste cuando yo quise olvidar?
Dime una palabra, dime si o no.

No me dejes a medias, mujer,
No me hagas sufrir, que ya sufrí bastante.
Solo dime si nos vemos o nos perdemos.


#3#
Eras mi sol, siempre me iluminabas, siempre estabas allí
cuando el frío aparecía.
Pero un día llegó la luna
para quedarse sin más en el cielo.
Tú dijiste adiós, no había sitio para los dos.
Confío en que un día esa luna se irá y tú volverás.
Y me iluminarás por siempre. O quizá solo un ratito.


#4#
Y vuelve ese sentimiento,
que tenía yo tan dentro...
Guardado, encerrado con llave,
en lo más profundo de mi cuerpo.

Vuelve de nuevo,
sin haberlo llamado.
Como el hombre que tropieza
dos veces en la misma piedra.


#5#
Labios que no besan.
Palabras que no podrán llegar nunca al fondo del corazón.
Excusas para no verte.
Velos para que no me veas cuando detrás de tí estoy llorando.

Tantos sentimientos.
Tantos recuerdos que trato de dispersar cuando te veo.
Demasiado amor.
Y poco valor para decirte todo lo que te quiero.


#6#
Cada vez que te veo
Nace un sentimiento
Es nuevo y conocido a la vez
Porque nunca contigo pero siempre conmigo

Esto ya me había ocurrido
Pero no contigo
Cuando yo miro tu tez
Mi cuerpo se estremece de repente

Yo te veo pasar
Y me quemo por dentro
Porque no te puedo decir
Lo mucho que te quiero

Si tu me rechazaras,
Amada mía
Entonces mi espera acabaría
Pero también con ella acabaría mi alegría.


#8#
Cuando me sorprendes mirándote
Giro la cabeza, mis ojos se despistan, y mi boca parlotea.
Cuando te miro, eres perfecta, armoniosa y sirena
Giras la cabeza, tus ojos se despistan y tu boca parlotea.
Cuando te oigo, una sonrisa crece en mi corazón
Aunque tenga que disimular y decirte… “corazón”.
Oh, cielos, se me escapó, me volvió a pasar.
Rápidamente arreglo mis palabras
Y tú solamente piensas que soy estúpido.
Prefiero que pienses eso a no abrirte mi corazón
Porque sé que aunque el mío, siempre tuyo,
Del tuyo no soy dueño yo.
Giro la cabeza, mis ojos se despistan y mi boca parlotea.
Después en la intimidad mis ojos llorarán
Al amor que quisiera hacer mío.
Solo tú, princesa del arte, tienes la llave.
La llave que abre mi corazón.
Tú y solo tú puedes romper las cadenas
Que me atan a la soledad, tristeza y desamor.
En tus manos dejo mi alma, porque te quiero.
Giro la cabeza, mis ojos se despistan y mi boca parlotea.
Quiero que nuestros corazones, a la par, brillen
En un mundo, nuestro mundo.
Tú y yo protagonistas del amor. Te quiero.


#9#
Hay que aprender en esta vida que muchas veces es mejor imponerse.
Hoy, mañana y todas las veces que yo quiera, nada ni nadie me va a parar.
No soy de nadie, ni soy tu esclavo ni tu siervo.
No hay que abusar de nadie.
Por eso armonía, paz, buen rollito, y tranquilidad.
Establezcamos unos límites, no los sobrepases.
Hoy no abusarás. Nunca más.
Y de aquí en adelante. Cada vez con más valor y poder.
Todo llega a su límite. No cedo. No cedo. No cedo.
Punto final. Esto se acabó…


#10#
A veces pienso que tú no me amas
A veces creo que te quiero en exceso
A veces me imagino contigo de la mano
A veces muero por no tenerte
A veces respiro tu olor que me quema
A veces naufrago en un mar de dudas
A veces sueño con besar tus labios
A veces te veo
A veces te siento
A veces me rompo
A veces te extraño
A veces te sueño
A veces me muero
Nunca te olvido, siempre te quiero.


#11#
Nunca será igual que ayer
Nunca repetirá
Te irás y me abandonarás
Desde mi habitación te veré marchar
Tú ni te girarás
Ni para despedirte ni abrazar
Te vas y no puedo hacer nada
¿Por qué demonios no hice nada?
Pensaré cuando te vayas...
Quizá no tenga el valor suficiente
Para demostrarte lo que soy
Lo que eres, lo que podríamos ser
Quizá sea mejor así
Tú allí y yo aquí...



#12#
Hoy ha amanecido con sol radiante
verdes hojas, cielo azul, no apagado
me levanto con tu mirada al lado
solo puede ser un día vibrante.

Me cambia la vida, alucinante
por tus ojos ya no me siento amado
quizá con tus labios me encuentro atado
quiero contemplar tu pelo brillante.

Gris, negro, triste, colores del frío
verde, rojo, amarillo, amor tibio
soles y cierzo, altos edificios.

Como pez arrastrado por el río
mas hoy debe ser un día de cambio
gozaré de Apolo y sus beneficios.

El secuestro de Carmen. (Parte Nº3)

Pasaron cerca de dos meses en los cuales tanto la familia como la policía no había parado de rastrear el bosque. Estaban desolados, ya no sabían qué hacer. Sin embargo, Sofía encontró rastros de sangre en una camisa de su marido, inmediatamente le preguntó, pero él se limitó a decir que eran de algún animal herido, pues le gustaba cazar.

Sofía decidió contratar a un detective privado a espaldas de su marido, desde el hayazgo de la camisa manchada de sangre su relación ya no era la misma, y aunque no tuviera pruebas para culparlo, su sexto sentido se iluminó.
Tras unas semanas investigando, se encontraron pisadas en una zona del bosque muy poco transitada, ni la policía había podido acceder a ella. El detective encontró un sótano y se le aclararon las ideas. Carmen tenía que estar allí dentro. Procuró no ser visto y decidió entrar. Tras unos lúgubres pasadizos encontró una puerta, tras ella, unos lamentos. Tiró la puerta abajo y se encontró con una niña asustadiza, temerosa de la luz, y que lloraba sin cesar. ¿Carmen? ¿Eres Carmen? Soy amigo de tu mamá Sofía, vengo a buscarte - dijo el detective. La niña realmente era Carmen, pero por desgracia Juan estaba detrás, es por esto que la niña no se atrevía a dar un paso al frente. Juan atacó al detective, pero por más que lo intentó, acabó herido de bala, el detective había pensado en todo y se había armado. Rápidamente el detective cogió a Carmen en brazos y huyó hacia la casa de Sofía. Nadie puede imaginar la alegría que inundó el corazón de una madre al volver a ver a su hija tras unos meses.
Gracias a la ayuda del detective, el cuerpo policial pudo detener a Juan.
Sofía ahora vive con su actual pareja, Miguel, y junto a su hija Carmen, que cuenta ya con diez años, Juan, y el pequeño que apenas da sus primeros pasos. Sofía encontró la felicidad con Miguel el verano siguiente al secuestro, se mudaron a un piso en el centro de Madrid, pues Carmen necesitaba alejarse de los bosques y recibir tratamiento. No es fácil para una niña pequeña vivir un secuestro.
Respecto a Juan, la justicia dicta que debe permanecer en prisión por 20 años, pero después, saldrá de nuevo a la calle. Ese es el temor de Sofía, pero Miguel todas las noches le jura que a su lado estarán a salvo...

lunes, 25 de mayo de 2009

Dedicado a unos cerbunos

Tras unos cuantos meses sin publicar nada, lo cual no significa que haya muerto y después resucitado como Jesús, me dispongo a llenar un poquito de espacio en internet hablando de tonterías para algunos, chorradas para otros...

Superados los exámenes de febrero, llegaron las correspondientes fiestas. Ahora toca estudiar otra vez noche y día hasta que tus pupilas no puedan más para aprobar la convocatoria de Junio.

Una de las razones por la cual he decidido volver a escribir es que tanto Ig, LM y Marieta han publicado sus respectivos posts. Desde aquí quiero felicitar por su gran labor historiadora-inventada-narradora a LM, que, aunque con numerosas faltas ortográficas (de nuevo lo tenía que decir...), ha conseguido arrancarnos una sonrisa de nuestro corazón al escribir sobre la Guerra de Troya. No se cuentan más que verdades. Y moooooooola la verdad.
También quiro felicitar a Ig por su labor con los palabros, ya te lo dije en el comentario, pero lo repito porque así parece que he escrito más... ARCHI colaboraciones te ayudará en todo lo posible para completar el Diccionario de Palabros X de equis (xD) de Espasa Caspe. Aquí viene otra:

Es que es esa: Esta expresión es conocida por el 99% de los hispano-parlantes como "Es que es eso" y se utiliza para afirmar un hecho ya nombrado o recalcado. Véase: -"Tío, colega pues es que yo no voy a ir al cine porque ando mal de pasta"(voz de macarra, por ejemplo)
-"Es que es eso, tío nen!" (voz de killo, por ejemplo)
Explicación: Vemos claramente como el sujeto 1 ha expresado el hecho de que no va a ir al cine porque tiene problemas económicos. El sujeto 2 ha recalcado esos problemas económicos a la vez que se los atribuía a él mismo.
No obstante, hay una pequeña población hispano-parlante (eso todavía no esta claro del todo) que prefiere transexualizar la oración "Es que es eso" y convertirla al femenino. Estas personas están representadas actualmente por LM, Laura Martínez, y se puede encontrar en núcleos como Logroño (su casa) y el Cerbuna (224, y otras, a veces). También se ha oído por zonas comunes como el comedor, hall, sofases (sé que está mal ese plural, pero comprenderéis porqué lo escribo así), etc. Esta frase suele ir acompañada por otras como "Dios, que lerdo" o "Cagon riau", de las cuales, hablaremos en otro capítulo aparte.

Para finalizar, solo decir que mucha suerte en los exámenes y que seáis felices... y comáis perdices (seguro que están más buenas que el pollo a la cerveza del Cerbuna...)

domingo, 8 de febrero de 2009

A un examen del alcohol

He decidido retomar esta página que bien se podría llamar blog, y que últimamente estaba muy abandonada... La razón es el aburrimiento, muchas veces he comenzado a escribir aquí y me he cansado, jaja. Pero bueno, voy a escribir algo para poder decirle por lo menos a Laura "estrecha" que ya "he escrito algo desde el verano".

El motivo de esta entrada no es otro que mi alegría-tristeza que producen los exámenes. Alegría porque ya solo me queda uno, el de literatura medieval (sí, el cid, el buen amor, jarchas, villancicos y demás) Y aparte ya tengo tres de los cuatro exámenes que he hecho aprobados, espero que el cuarto también.
Y tristeza porque no dejan de ser exámenes... Lo que conlleva a tomar café, té, redbull, cocacola y demás; a dormir dos horas al día y a no tener otra misión más que la de estudiar estudiar y estudiar. No hacemos otra cosa prácticamente.
Tengo ganas de acabar el viernes, emborracharme y volverme loco (más loco, sí).
Me jode por los proyectos de médicos, porque acaban más tarde, pero bueno, también celebraremos que ellos acaben a finales de febrero. Por celebrar, que no quede. ¿O no?
Los proyectos de filólogos, historiadores, historiadores del arte, abogados, y demás, acabamos esta semana, ya sea el lunes, el martes, miércoles, jueves, o viernes. Espero que el jueves no haya celebraciones con un nivel alto de contaminación acústica, porque yo estaré estudiando y me cagaré en todos... Jajaja.
Ale, pues espero que vayan todos los exámenes bien a todo el mundo que lea esto, que os podéis contar con los dedos de las manos: uno.
¡Un abrazo!.